jueves, 14 de mayo de 2009

LA CIENCIA DE LA EDUCACIÓN Y LA ANDRAGOGÍA SEGÚN FELIX ADAM

La polémica Andragogía vs. Pedagogía
Para Adam la Andragogía enfrenta el reto de estructurarse, es decir de ocupar un espacio cultural en el mundo de las ciencias, frente a aquella que lo monopoliza, que es la Pedagogía en cuanto ciencia de la educación. El problema no es sólo epistemológico, es decir relativo a la división y organización de las ciencias, sino también socio-político. La andragogía enfrentará un fuerte cuestionamiento y hasta rechazo de parte de sectores de la comunidad científica pedagógica. De aquí que se vea obligado a definir o deslindar la Andragogía frente a la Pedagogía. Este deslinde es tanto un problema epistemológico como estratégico político.
Veamos primero la argumentación epistemológica que nos permita entender la postura de Adam. Para él la Pedagogía ha concebido su objeto de estudio, la educación del ser humano, como "un proceso por el cual la sociedad forma a sus miembros a su imagen en función de sus intereses". Esto implica que la educación se concibe como un instrumento de transmisión, modelaje, e imposición orientado a moldear el comportamiento del niño y del joven como modo de preparación para la vida adulta. La educación terminaba entonces con la juventud.
Detrás de esta práctica estaba el supuesto de que "la capacidad de aprender era posible únicamente durante los primeros años de la vida del hombre." La pedagogía, argumenta Adam, surge como ciencia sentando sus bases y reafirmando sus conceptos en función de esa concepción educativa. Lo teóricos, continua Adam, trataron la educación en un marco restringido, sin profundizar sus alcances ni interpretar sus perspectivas en toda su amplitud.
En la medida en que en la época contemporánea se reconoce que la "el hombre comienza a educarse en el vientre materno y termina con la educación con la muerte .. este proceso exige una nueva formulación científica de la educación" del ser humano. La corriente de educación de adultos se desarrollo como práctica diferenciada de la pedagogía reinante referida la niñez, se plantea la necesidad de convertirla en un área de estudio y práctica basada en la ciencia. Para algunos se trataba de ampliar el concepto de pedagogía de modo que se refiriera a todos los aspecto de la vida. Habría así una pedagogía de la niñez y una pedagogía de la adultez.
Adam piensa que no es posible extender el ámbito de aplicación de la pedagogía más allá de la adolescencia, es decir más allá de los limites a los que da lugar su origen: La pedagogía nace como una ciencia que estudia los procedimientos más adecuados para formar al ser humano en un momento dado de su existencia. Todo lo que ella deriva, su contenido, sus principios, métodos, etc., se formulan en función de conducir a un ser en desarrollo, un ser en evolución: el niño. Por lo tanto, es imposible, sino utópico, querer reformular una definición pretendiendo extender la acción de la Pedagogía más allá de la realidad que ella interpreta y estudia como ciencia.
Lo que está implícito en esta argumentación es que al constituirse la pedagogía, teórica y prácticamente, en torno a una etapa de la vida, sus propósitos, métodos, categorías teóricas y prácticas, reflejan tal objeto y no nos permiten captar y trabajar las peculiaridades de otros objeto, es decir de otras etapas de la vida. Como resultado tenemos un aparato teórico y práctico inadecuado para entender y trabajar con el adulto; el resultado neto es tratarlo como niño.
Para apreciar en su justa perspectiva el razonamiento de Adam es necesario comprender su concepto de el niño como hecho pedagógico, de la escuela como agente socializador de la niñez y, en consecuencia de la naturaleza de la teoría y la practica educativa pedagógica. Adam caracteriza la Pedagogía de una forma muy particular y como veremos muy cuestionable. Para él el sello característico de la pedagogía se desprende de las características biosicosociales del niño y de las tareas que la sociedad pone sobre la escuela, a saber la socialización del niño es decir imponerle ciertos patrones de ser y actuar.
EL CONCEPTO DEL NIÑO COMO HECHO PEDAGÓGICO
Para Adam el niño "y por extensión el adolescente" es una realidad concreta y dinámica diferente al adulto biológica, psicológica, ergológica y socialmente en estructura y comportamiento.
Psicológicamente, el niño no tiene capacidad de mando sobre sí mismo, su personalidad es un apéndice de la del adulto y toda su conducta gira alrededor de la vida del adulto"
Socialmente, el rol del niño no conlleva responsabilidades desde el punto de vista económico y cívico y no contribuye inmediatamente y directamente a satisfacer las necesidades de la sociedad.
El concepto de la sociedad con relación al niño, la pedagogía como hecho social
Debido a estas limitaciones del niño y del adolescente, la educación tiene que tener un carácter impositivo de modelos establecidos para el logro de fines o propósitos predeterminados. La educación es "mediación entre generación y generación", "transmisión de bienes", "imposición de valores", "preparación del niño para la vida". El papel del proceso pedagógico es formar la personalidad del niño y del adolescente.
El concepto de la educación de los niños, la pedagogía como ciencia y tecnología
"Por lo tanto, la pedagogía como ciencia, estudia esa realidad y emplea los medios adecuados para hacer posible que el acto educativo imponga patrones de la vida adulta de una generación madura a una generación en formación."
La distinción que Adam pretende hacer entre Pedagogía y Andragogía es tan radical que llega a sugerir que la educación de los niños es más adiestramiento y proceso de domesticación que lo hace apto para vivir gregaria o independientemente como ser humano, que educación en sentido estricto. Dice al respecto: "… solamente el hombre puede ser educado, pero es preciso adiestrarlo primero: El hombre debe adquirir primero aquellas habilidades requeridas para generar conocimientos. La obtención de habilidades constituye el adiestramiento, No es educación. Enseguida el hombre debe aprender la manera de usar estas habilidades para generar conocimientos y poner éstos en práctica para satisfacer sus necesidades. El uso de las habilidades es educación." Cuando Adam ilustra con el ejemplo de la lectura su idea de la oposición entre pedagogía y andragogía se revela con claridad: "aprender a leer es adiestramiento, pero decidir qué leer o por qué leer es educación."
Adam llama a este periodo educativo en lo niñez "adiestramiento" "en el sentido de condicionarle determinadas formas de conducta e imponerle esquemas mentales a la medida de nuestro pensamiento y reactividad emocional" debido a "una actitud paternalista, que entraña una forma tácita de coartar la educación dentro del más amplio sentido de libertad." El niño es "moldeado" deliberadamente en sus estructuras psicológicas con ideas y patrones que el adulto elabora a su medida y antojo "para estructurar la personalidad del niño a su capricho o semejanza."
En contraposición a la pedagogía, la andragogía "no es ya una educación a imagen de una sociedad; sino de otra que responda a los intereses del educando; de una educación en función de su racionalidad humana."
La educación el adulto en conformidad con lo que caracteriza esta etapa ya no puede imponer patrones preestablecidos, ni trasmitir conocimientos, ni de forjar ideales de vida que pertenecen a alguien, llamase familia, sociedad o Estado, sino enriquecer la conciencia del hombre en términos de su propio destino. Es el adulto, sujeto de la educación quien acepta o rechaza, es decir, decide, en base a sus propias experiencias e intereses como individuo, la educación que se le imparte."
Adam sugiere pues que reservemos el nombre de Pedagogía para la ciencia que se ocupa de fijar las normas de la educación de niños y adolescentes. Esta recomendación de Adams iba en contra de la tendencia que él criticaba pero que resultaba dominante en el mundo académico, a saber, concebir la Pedagogía como ciencia de la educación que tiene como objeto no una etapa particular del desarrollo educativo sino el desarrollo mismo.
Por eso la Andragogía tiene que constituirse primero delimitando su objeto de estudio y practica trasformativa; el hecho andragógico, a saber, la adultez "como realidad diferenciada que exige interpretación u orientación propias."

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