jueves, 14 de mayo de 2009

ANÁLISIS CRÍTICO DE LA PROPUESTA ANDRAGÓGICA DE ADAM Y BOSQUEJO DE UNA CONCEPCIÓN ALTERNATIVA

Su empeño en reclamar la dignidad humana, es decir la autonomía del adulto, desperdiciada tratándolo como niño, que fue lo que vivió tanto en su campaña de alfabetización como en la enseñanza universitaria, lleva a Adam a aceptar sin cuestionamiento la pedagogía de la domesticación que se practica con los niños. Con ello se ignora toda la tradición de educación de los niños de carácter liberal, para la cual la posibilidad de la autonomía adulta se construye desde la temprana infancia. No se percata que la domesticación debe criticarse en todas las etapas, pues el adulto domesticado es una consecuencia de la domesticación del niño. En todo caso educación y adiestramiento son proceso paralelos continuos a lo largo de la vida.
Para que la práctica pedagógica adquiriera rango de ciencia se requirió la combinación de tres factores, la necesidad y los recursos económicos y tecnológicos que aportaría la economía industrial y de mercado y el desarrollo del Estado con su afán de territorialidad, control, unidad, etc, y el desarrollo de la ciencia experimental. La necesidad de obreros cualificados, de burócratas , de ciudadanos y nacionales requerían intervenir tecnológicamente en la construcción de nuevas formas de subjetividad, que reprodujeran la sociedad que se intentaba apuntalar. Por eso es que tanto la educación como sistema formal, como la pedagogía como ciencia que apoya ese sistema, se desarrollan sobre todo con el triunfo de las revoluciones burguesas liberales en América y Europa. El desarrollo paralelo de la economía de mercado e industria, el Estado-Nación, y la Ciencia, trajo consigo la necedad y la posibilidad de desarrollar un proceso educativo basado en el conocimiento de la naturaleza del ser humano y orientado a la formación de determinadas formas de subjetividad. Es la idea que vemos emerger en Montaigne, Comenio, Rousseau y que culmina en Pestalozzi.
La concepción de la pedagogía como inherentemente al servicio de la reproducción social y la domesticación, como sabemos, se remonta a Emile Durkheim y tiene sus antecedentes en el positivismo comtiano. Dará origen, desde la derecha, a las versiones instrumentalistas, funcionalistas, y hasta, desde la izquierda, a las estructuralistas marxistas, que ven en la educación un mero instrumento de reproducción social. Lo que no se reconoce es el carácter no reproductor , emancipador, que puede tener la educación, porque sólo se la estudia como relación social dominante; no como opción ético-política.
Desde el primer momento, en Montaigne y luego en Comenio y Rousseau, hay precisamente una critica a los que no logra entender la verdadera naturaleza del niño, sus intereses y su proceso activo de aprendizaje y cosntrccion de conocimiento. De esta idea nace pues la escuela nueva o escuela activa. Ya Eugenio Maria de Hostos señalaba con claridad en su Historia de la Pedagogía que el origen de la pedagogía, como ciencia y arte, está en Comenio. En todos estos autores se sientan los fundamentos de lo que será la pedagogía científica y que tiene como parte de sus preceptos: " dejar la mayor iniciativa posible a los educandos, dejar en libertad la razón infantil para que busque por sí misma la verdad..presentar mas atención a las cosas que a las palabras…"
Adam tiene la razón en lo que se refiere a que la Pedagogía, debido a falsos supuestos ya analizados, limitó, en gran medida, su objeto de estudio a la niñez. Corregir al niño hoy, para no castigar al hombre mañana es el supuesto práctico implícito. La educación se establecía como disciplina normalizadora, encargada de corregir o de evitar las desviaciones que en la naturaleza podría introducir el medio. Este principio fundado en un mal entendimiento de las ideas de Rousseau , suponen que en el niño esta, como en la planta, todo el futuro desarrollo y lo que hay que hacer es evitar las desviaciones. A modo de ejemplo ilustrativo, en el popular tratado de Johnnot, director de los institutos de maestros del estado de Nueva York, escrito hacia 1890, afirma, en un modo que ya anticipa el taylorismo instrumentalista educativo que "el objeto de la Educación es promover el crecimiento normal de un ser humano, desarrollando simétrica y sistemáticamente todas sus facultades para darle la mayor capacidad posible en el pensamiento y la acción. A estas facultades debe enseñárseles a obrar con armonía a fin de evitar, en todo, gastos inútiles de esfuerzo." Por otro lado, afirma, citando a Huxley, sobre el punto de vista científico en educación "exigido por la ciencia y la cultura de la época" que: "El objeto de lo que llamamos generalmente educación es remediar los defectos de los métodos de la naturaleza; preparar bien al niño para recibir la educación de la Naturaleza sin ignorancia ni desobediencia, y entender los síntomas preliminares de su displicencia sin necesidad de recibir "el golpe" (de la experiencia, arvj)
La insistencia en centrar la ciencia de la educación en el estudio y la dirección del niño se debe a varias ideas en boga en el del siglo XIX, provenientes sobre todo de la biología evolucionista, de la filosofía positivista y fruto de la experiencia de los educadores observadores y de los empeños por normalizar el comportamiento humano en los grados iniciales de la escuela y en la sociedad en general para construir la economía industrial y consolidar el Estado-Nación:
1. Hay un potencial en la naturaleza que debe protegerse mediante la disciplina mental y moral porque se distorsiona en las primeras edades mediante prejuicios y hábitos, etc que luego son muy difíciles de cambiar
2. En las primeras edades el ser humano es mas "plástico" y por ende moldeable; las primeras impresiones son las más duraderas. Las alternativas son dejarlo que accidentalmente lo moldee el medio o establecer deliberadamente un sistema eficiente y efectivo para lograrlo.
3. Se reconoce que el niño no es una tabla en blanco, que además del potencial de facultades tiene desde temprano unas experiencias y unos intereses que son el punto de partida de los aprendizajes ulteriores.
Los fundadores de la Pedagogía como ciencia y tecnología no pretendían que ésta se limitará a la niñez. Pero otorgaban a este período la más grande importancia porque pensaban que en ella se ponían los cimientos de todo otro desarrollo y que en el mismo en el ser humano se dejaba influenciar más que en ningún otro. No obstante hay educadores que elaboraron pedagogías generales, como el puertorriqueño Eugenio Maria de Hostos (1839-1903).

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